Capítulo 13.
Cinco minutos más.
Ella llevó a Grace y a Joe a la tumba
de Alynne y Ethan, era algo realmente precioso, habían velas
encendidas repartidas por toda la área en forma de un cuadrado, en
cada esquina había una tumba incluida la de Veidt, en medio se
encontraban las tumbas de Alynne y Ethan y justo en medio, Ella había
colocado velas formando un corazón, todo se contemplaba tan bonito
hasta que un fuerte viento apagó las velas y el ambiente romántico
pasó a ser fúnebre.
-Que raro, jamás se habían apagado-.
-De verdad... Nunca?-.
-Sí nunca, pero supongo que siempre
hay una primera vez para todo... y creo que ya tocaba...-.
Estuvieron un rato hablando un poco más
sobre Alynne y Ethan, después de esto fueron a casa de la familia
Vampyrus, entraron con una gran presencia pero no fueron muy bien
recibidos por Emeer, él odiaba mucho a cualquier cosa que proviniera
de la familia Enean, y lo odiaba aún más porque era muy parecido a
su hermano Ethan, siempre que veía a Joe era como si estuviera
viendo a Ethan. Emeer también creía que Ethan había sido el
culpable de que su querida hija Alynne muriera de esa manera, él
siempre esperaba que su hija viviera por muchos años más al fin y
al cabo para eso se había convertido en vampiresa, para eso ella era
su hija, la hija del gran Emeer.
-¿Qué hacéis vosotros aquí? Y tu?
Porqué has traído a mi casa a un traidor cómo éste?-.
Grace agachó la cabeza con decepción.
-Lo sabemos todo-.
-Que sabéis?. Miró a Ella y le
preguntó, Que le has dicho?-.
Ella no dijo nada, solamente se retiró
de la sala y se dirigió de nuevo a la biblioteca, tenía que
reflexionar mucho sobre todo lo que había pasado, aún no se podía
creer que Grace y Joe supieran toda la verdad.
Emeer cansado de estar de pie, se sentó
en su sillón dándole la espalda a lo que él llamaba mocosos, es
decir, a Grace y a Joe.
-Te suena el nombre de Alynne?-.
Emeer con una expresión de asustado ya
que su hija menor había descubierto el secreto de la familia, aquél
secreto que se supone que nunca debería de ser revelado ni
descubierto por nadie.
-De quién hablas?-.
-Habla de Alynne y Ethan, porqué nunca
nos hablaron de ellos, porqué siempre lo ocultaron y es más porqué
permitieron que los mataran, se supone que eran vuestros hijos-.
-No tengo que hablar con vosotros sobre
esto, así que me retiro-.
-Porqué?... Porqué papá aún no
puedes hablar sobre ella?-.
-Mira, solo te voy a decir una cosa,
ella.... más bien ellos dos se lo buscaron, si no se hubieran
opuesto todavía estarían aquí, sólo si hubieran esperado... Pero
ellos no supieron y.. por eso pasó lo que pasó-.
-Cómo puedes hablar así? Era tu
hija!...-.
-Ya! Y tu también lo eres!...Seguro
que ellos ya lo sabrán, pronto se presentarán aquí y ellos os
descubren...no habrá vuelta atrás..-.
-Ellos? Quiénes son ellos?-.
-Los de la realeza, mira éste no es el
momento vete a tu casa y olvidate de Grace-.
Emeer se retiró aunque pareciera
despiadado sólo quería proteger a su hija, no soportaría otra
perdida y eso lo impulsó a planear su plan perfecto para al fin
separa a Grace de Joe y que vivan sus vidas por separado, sin heridas
ni problemas.
Joe se despidió de Grace con una
sonrisa y abrazándola le dijo -No te preocupes, saldremos de ésta.
Te prometo que... te prometo que jamás nadie nos volverá a
separar-.
Al hacer ésto ya no eran Grace y Joe,
sino que también eran Alynne y Ethan. Joe se marchó y Grace se
dirigió al estudio de su padre, sabía que él la estaría
esperando.
-Aquí estoy...di lo que tengas que
decir-.
-Lo siento pero...tenemos que regresar
a Venecia, no es conveniente para ti estar aquí, si te encuentran te
matan. Lo intenté, pero no pude hacer nada, en el fondo sabía que
esto iba a acabar así, siempre las relaciones entre las familias
Vampyrus y Enean no resultan, siempre tiene que haber alguien herido,
pero ésta vez no se volverá a repetir la historia, ésta vez nos
iremos a Venecia y cuando todo este bien volveremos-.
-Y cuanto tiempo pasaremos en
Venecia?-.
-El tiempo suficiente para que tú
puedas rehacer tu vida, olvidarte de Joe y su familia y encontrar un
nuevo amor-.
-No creo que eso pase... Sabes? Ya lo
he intentado, pero...no ha funcionado-.
-Prepara tus maletas, mañana al
oscurecer nos marcharemos, a parte tu madre nos espera ahí. Después
de todo ésto se ha recompuesto y ahora quiere verte, quiere
comprobar que estamos bien-.
-De acuerdo, me voy a hacer las
maletas. Pero... Joe...-.
-No creo que tengas tiempo de decírselo
a Joe, escríbele una carta, no se, pero no puedes, ahora tienes que
hacer las maletas y...-.
-Y.. mañana nos vamos al oscurecer y
no puedo salir por el día, verdad? Esto era lo que querías, no?-.
-Algún día lo comprenderás-.
Grace se marchó a su habitación,
preparó sus maletas y se acostó en su cama sin saber que hacer,
pero tenía que hacer algo para comunicárselo a Joe, no estaba
dispuesta a irse sin decir nada.
Pasó toda la noche así, hasta que
decidió ir ella misma a contárselo, miró el reloj, eran las 5:30
pm, todavía estaba oscuro y entonces decidió ir. Como casi siempre
saltó de su ventana y voló hasta la casa de Joe. Emden, el padre de
Joe, dejó entrar a Grace, él sabía el motivo de su presencia así
que no le negó la entrada, por fin ellos se iban a separar, ya
llegaba el adiós.
Grace subió a la habitación de Joe y
lo vio acostado en su cama, con los ojos cerrados y en posición
cadáver.
-Eres tú verdad?-.
-Tengo que decirte algo...-.
-Ya lo sé, no hace falta que digas
nada más. puedes venir a mi lado?-.
-Claro que puedo-.
Grace se acostó al lado de Joe, él la
abrazó con ternura y fuerza a la vez, Grace cerró sus ojos y así
se quedaron por unos minutos, en un silencio absoluto.
-Por cierto, cómo sabías que era
yo?-.
-Por tu olor-.
-Creo...que me tengo que ir...-.
-No, espera... sólo quedate así cinco
minutos más. Quisiera detener este momento... pero … no puedo-.
Sólo ellos dos, sólo Grace y Joe,
nadie más, sentían que se iban a morir si no estaban juntos, pero
tenían que aceptarlo, ese era su destino.