Capítulo
40. La muerte de Josh
de Marco.
La
semana había acabado, esa misma noche iban a actuar. La estrategia
llevaba meses preparada, los chicos estaban muy entrenados y la
posibilidad de morir estaba más que asumida. ¿Por qué morir por
una venganza que no es tuya? ¿Por un problema del pasado qué ni
siquiera sabes?
Markus
había sido el favorito de Max durante esa semana de entrenamiento
duro, al parecer tenía mejores habilidades que Josh, era más fuerte
que Josh y se llevaba mejor con Max que Josh.
Estaban
en la habitación, Markus acostado en su cama se relajaba y Josh, con
medio cuerpo fuera de la ventana, contaba las horas. Josh no quería
hacerlo, él no quería hacer daño a los vampiros, no quería hacer
daño a Ella. Su querida Ella, pensaba en ella y más se preocupaba.
Ya había decidido no luchar en el bando de su padre pero aún no
sabía cómo se iba a escapar de las instalaciones sin que su padre
se diera cuenta. Quería mucho a su padre y, aunque llegaba a
entender el por qué de su comportamiento, no quería que su padre
saliera lastimado.
-Ella,
-susurró al aire- no sé qué hacer, estoy perdido.
-Tranquilo
-dijo la voz de Ella- cuando llegue el momento sabrás que hacer.
Josh
se asustó, ¿eran imaginaciones suyas? ¿O es qué realmente Ella le
estaba respondiendo?
Examinó
con la mirada cada rincón del bosque que estaba a su alcance y no
encontró a nadie.
-¿Qué
haces? ¿Qué te pasa? -preguntó Markus al darse cuenta del extraño
comportamiento de Josh.
-No
me pasa nada. ¿Qué me tendría qué pasar? -respondió Josh.
-¡Ah!
Eres muy raro. -dijo Markus.
-¡Chicos!
-gritó una voz proveniente del exterior de la habitación- ¡Ya es
hora! ¡Ya es hora!
Salieron
todos de las habitaciones, en fila india se dirigían al exterior y,
una vez fuera, se iban colocando en sus respectivos lugares.
Cinco
filas formadas de diez chicos cada una posaban firmes, serias y
dispuestas a luchar, se abrían y cerraban conforme Max, Josh y
Markus pasaban al frente para liderar el escuadrón.
Emprendieron
la marcha con calma y dando pasos firmes. A unos pocos kilómetros
los vampiros los esperaban. Siete de ellos vigilaban en primera fila,
unos cuantos rodeaban el pueblo, y otros tantos estaban cerca del
castillo. Los niños estaban a la espera en las mazmorras, Luca,
Ella, Emeer (padre de Grace) y Emelga esperaban en el salón. Emelga
esperaba de pie en una esquina de la habitación mientras que los
demás esperaban sentados en los cómodos y suaves sillones.
Grace,
situada en la torre más alta del castillo, vigilaba el acercamiento
de los superhombres a la zona Vampyrus.
Tres.
Dos. Uno. Los superhombres ya estaban en la frontera del territorio
Vampyrus. Desde la torre Grace observó que los superhombres se
detuvieron, entonces, cogió el cuerno que llevaba en la mano y
sopló.
Al
sonido del cuerno, los vampiros se pusieron a rugir como motores. Las
ansias de atacar hacían brotar las púrpuras venas de los vampiros,
hacían que los ojos rojos brillasen en esa oscuridad y que los
perfectos, blancos y afilados colmillos esperaran a mancharse porque
un gran banquete estaba a punto de llegar.
Ella,
Luca y Emeer salieron del castillo. Emeer miró el cielo y dijo: -Dos
horas para que salga el sol. Tenemos poco tiempo.
-No
te preocupes tío, -dijo Ella- somos suficientes.
El
cuerno dejó de sonar y los superhombres empezaron a atacar. Mataron
a los siete vampiros que vigilaban en primera fila con rapidez y sin
sufrir bajas de ningún superhombre.
Luego,
pasaron por el pueblo y unos cuantos quedaron allí mientras que
otros se dirigían hacia el castillo Vampyrus.
Vampiros
y superhombres luchaban con fiereza en el pueblo, los niños dormían
bajo el cuidado de Emelga, cuerpos mutilados volaban de un lado a
otro, mucha sangre se derramaba y, entonces los superhombres llegaron
al castillo.
Grace
se tiró de la torre y cayó encima de un superhombre, en menos de un
minuto lo mató. Tenía media cara y manos cubiertas de sangre y las
venas púrpuras hacían presencia en todo el rostro de ella. Se
levantó del suelo y contempló la dura batalla que tenían vampiros
y superhombres.
Entonces,
entre cuerpos que se movían con agilidad, pudo ver como Markus
Jensen intentaba matar a Ella. Luego Josh se percató de lo mismo y
los dos corrieron hacia Markus. Jensen se giró y, queriendo matar a
Grace hirió de muerte a Josh.
-¿Qué
has hecho? -gritó Ella furiosa.
Ella
se abalanzó sobre Markus y le intentaba morder mientras él se
defendía. Luego, al ver que los demás vampiros querían comerse a
Josh, Luca arrastró el cuerpo de Josh hasta el castillo mientras
Ella y Grace los escoltaban.
Dejaron
el cuerpo de Josh con Ella dentro del castillo, Luca fue a ayudar a
Emeer y Grace trepó las paredes del castillo hasta llegar a la
torre. Se puso de pie, ya estaba amaneciendo y bajo el amarillento
cielo alzó la voz.
-¡Hombres
amantes del sol! ¡Josh ha caído! ¡El mejor de todos vosotros ha
muerto!
Max
escuchó con atención lo que Grace gritaba desde la torre y dejó de
pelear, todos dejaron de pelear.
Luca
dejó el campo de batalla y se adentró en el castillo, en menos de
tres segundos estaba al lado de Grace y aguantaba con una mano el
cuerpo de Josh.
Gotas
de sangre resbalaban de la herida pero no caían al suelo, un grupo
de vampiros esperaban abajo con ansias cada gota de sangre de Josh.
-¡Vuestro
mejor hombre ha caído! ¡Hemos ganado esta pelea! -volvió a gritar
Grace.
Los
superhombres se retiraron al ver el cuerpo de Josh sin vida. Los
vampiros que quedaban querían ir tras ellos para aniquilarlos pero
Emeer se los impidió, Max había recibido su merecido con la muerte
de Josh.
Luca
dejó el cuerpo de Josh encima de la mesa de la biblioteca del
castillo. Josh estaba muerto pero sus órganos vitales aún seguían
vivos, todavía tenía una oportunidad de regresar al mundo de los
vivos.
-Ella
no puedes hacerlo. -dijo Grace.
-¡Déjame!
¡Sé lo que estoy haciendo! -dijo Ella histérica.
-Ella,
Ella,¡Ella! -dijo Luca cogiéndola por los brazos- Sabes que es
prácticamente imposible devolverle la vida a un superhombre.
-Pero
no volverá a este mundo vivo, volverá como nosotros -dijo Ella.
-¿Estás
loca? Eso no se puede hacer, sabes perfectamente que un superhombre
no puede convertirse en vampiro -dijo Grace.
-¿Y
quién lo ha dicho? ¿Hay alguien que lo haya comprobado? Eso son
puras hipótesis -dijo Ella.
-Ella
basta ya -dijo Luca- sé que duele pero no puedes hacer nada.
-¡Dejadme
en paz! Ahora tenéis dos opciones o me ayudáis o os largáis.