Capítulo 8. Muerte de Veidt.
Grace escuchó, a lo lejos, el grito de Clare, la madre de las niñas, estaba ya a media colina y bajó a averiguar lo que sucedía, descendió hasta que pudo ver a Clare llorando desesperadamente, a un lado estaban sus hijas y al otro, su marido que la consolaba. Grace sintió mucha lástima por ellos, ella no podía retroceder el tiempo y salvar a la pequeña Mary y a Alice, su hermana. Entonces Grace pensó detenidamente, aunque no quería, tenía que hacerlo, esa familia sea como sea tenía que pasar a la história, asi que se dejó ver, pero Clare estaba en un estado de shock que ni siquiera se dió cuenta la presencia de alguien. Retorció el cuello del marido de Clare y ésta seguro que ya no derramaría más lágrimas de agua si no que derramaría lágrimas de sangre.
Después de haber completado su trabajo, subió toda la colina cabreada y dispuesta a saber quién era la persona que quería matarla. Sin darse cuenta ya había llegado y, de nuevo no vió a nadie, pero ésta vez no cometería el mismo error, gritó -¡Sal de dónde quieras que estés!. ¡Sal! ¿A ver si eres tan valiente?-. Sin tiempo a reaccionar, Veidt saltó de lo alto encontrándose cara a cara con Grace -Hola, queridísima prima-. -Ya llegó tu hora!-, sacó una estaca del bolsillo de su chaqueta y se balanceó sobre Grace intentandole clavar la estaca enorme de madera que tenía en mano. No consiguió clavársela en su primer intento y seguían forcejeando, de pronto llovía con mucha intensidad, los relámpagos cobraron vida y Grace no morir aquella noche.
-Hoy morirás, Grace, hoy vas a morir!-
-No, no creo, todavía no me ha llegado la maldita hora!-
Grace sacaba las fuerzas de dónde no había y luchaba contra Veidt, hasta que ese momento, en el que Grace no quería ni siquiera pensar, llegó y Veidt la dominó, la levantó y le hizo mirar aquel hermoso paisaje que un día fué un imperio unido.
-Mira! Todo esto que ha costado mucho esfuerzo reunirlo, ya no será tuyo, no Grace, ahora será mío. Todo el poder, por el cual muchos imperios murieron, ahora será mío! Todo lo que algún día te iba a pertenecer, todo, será mío-.
Toda la charlatanería no sirvió para nada, en un momento, el cielo oscureció aún más, dejó de llover y los rayos dejaron de respirar. Veidt no se dió cuenta, pero una joven vampiresa que aparecía con un precioso vestido largo de color violeta oscuro, tapada con una capucha negra, se acercaba cada vez más y más. La bella joven se sacó la capucha y en ese momento Grace se dió cuenta que era Ella, quién se acercaba y se quedó callada.
Ella se había vestido para la ocasión, esa noche alguien iba a morir. Sacó la estaca que llevaba, era una estaca de vidrio cubierta por diamantes que refulgían su luz en una absoluta oscuridad. Con un movimiento rápido, Ella clavó la estaca a su reciente hermano, sabía que no se había equivocado de decisión.
Viedt murió con un lindo recuerdo de su hermana, por primera vez, pudo ver a su hermana vestida como la princesa que es, seguramente esa fué la imagen más bonita que pudo a ver visto en toda su oscura vida.
