Capítulo
1. Dulces dieciséis
Grace y Joe
eran muy buenos amigos. Cuando eran más pequeños solían jugar en
el bosque, hacer refugios, declarar partes del bosque cómo sus
lugares secretos, bañarse en el lago … Todas estas costumbres las
mantuvieron hasta su adolescencia con total normalidad pero los niños
crecen y los malentendidos, las envidias, las traiciones aumentan
dañando la amistad de dos personas para transformarla en algo muy
diferente.
Los dos eran
hijos de los dos grandes y antiguos reinados vampiros que habían
logrado existir hasta la actualidad.
Joe era hijo de
Vanessa y Emden, un joven extrovertido, de descendencia alemana y
londinense y único heredero del imperio Enean. Y Grace, una muchacha
mitad italiana mitad londinense que poseía una gran facilidad de
ocultar y fingir sentimientos, hija de Emeer y Eme y única heredera
del imperio Vampyrus. Dos jóvenes, cuya amistad peligraba y siempre
había estado así, porque pertenecían de diferentes reinados.
Según los
emperadores, cada imperio era diferente, con distintas tradiciones,
diferentes maneras de pensar que poseían gran variedad de poderes.
Todos decían lo mismo al fin y al cabo, todos eran vampiros y las
diferencias entre ellos eran muy pocas, los eneanes podían cambiar
de aspecto durante la luz del día y así ocultarse entre el gentío,
mientras que los vampyrus no morían con una clavada de estaca en el
corazón, para matarlos tenían que decapitarlos a parte de clavarles
una estaca. Esto no importaba a las nuevas generaciones, ellos eran
más fuertes, más resistentes y con menos perjuicios, dentro de cada
reino aún se podía distinguir dos clases más, los pura sangre eran
los únicos que podían transformar a alguien en vampiro, tenían el
poder absoluto sobre la vida y la muerte eterna, poseían poderes que
los demás vampiros no podían tener pero ser vampiro era mucho más
que eso, representaban la belleza más extraordinaria existente y la
superioridad sobre los humanos, por eso algunos humanos que
descubrían el secreto anhelaban ser uno de ellos y así pasaban a
ser el pueblo de cualquier reinado, todo pueblerino poseía una
fuerza sobrenatural a parte de la belleza, muy pocos eran convertidos
por su autorización, la mayoría eran errores cometidos durante los
años.
Grace y Joe
habían nacido en el mismo año, éste último nació dos meses antes
que Grace, él ya había cumplido los dieciséis por eso no veía a
Grace, tampoco ella tenía tiempo su decimosexto cumpleaños estaba
al caer. Cuando se trata de un pura sangre siguen siendo humano
hasta los dieciséis, una vez tienen la edad, a través de una
ceremonia, el adolescente se convierte en un autentico vampiro. La
ceremonia empieza a las doce de la medianoche y luego se prosigue
mediante métodos que se desconocen.
Eran las nueve y
algo de la noche y Grace seguía arreglándose para su gran
transformación.
-¿Te gusta mi
vestido Ella?- preguntó Grace.
-Es muy bonito.
-respondió Ella-¿Eh? ¿Por que esa cara?.
-¡No sé!
Supongo que no quiero cumplir los dieciséis.
-¡No digas eso!
Si Emeer te llega a escuchar te mata.
-¡No le digas
Emeer es tú tío!
-¿Por qué?
-Por que es mi
padre y tú eres mi prima así que....
-Bueno no
cambiemos de tema. Mira, cumplir los dieciséis es lo mejor que te
pueda pasar, te salen los colmillos y con ellos puedes hacer cosas
como...
- Cosas como
¿matar? No mejor ¿Dejar deshidratada a una persona solo por qué te
apetece? Eso es lo que menos quiero. ¡Beber sangre es muy
repugnante!
- Mira.... mejor
no te digo nada más porque me sacarás de mis casillas y tú sabes
que soy muy radical. ¡Ah! Por cierto, Emelga tenía esto para ti.
Grace se quedó
con cara de sorpresa, esa nota era de la persona que posiblemente
más aprecio tenía, era de Joe su mejor amigo el cual no lo había
visto hace meses.
Joe citaba a
Grace en la caseta del bosque para darle su regalo de cumpleaños. De
repente Ella, su prima, muy convencida le dijo a Grace que no fuera.
Ella tenía el poder de presentir lo malo que iba a pasar, incluso a
veces cuando el presentimiento era muy fuerte, Ella podía ver lo que
iba a suceder.
Esta vez era un
presentimiento muy fuerte y vio algo que no le gustó, su prima
estaba en peligro así que, muy preocupada, le advirtió que no
fuera.
- ¿Pero porqué?
¿Qué fue lo que viste?
- Te vi a ti con
un puñal en tu mano derecha con una mirada de odio y apunto de....
- ¿De qué?
- De apuñalar a
alguien, por favor no vayas
- Vale, si tu lo
dices no iré.
Muy preocupada
Ella se retiró de la habitación de Grace. Por otro lado Grace no le
dio mucha importancia al presentimiento de su prima y como creyó que
nada malo le ocurriría, saltó por la ventana de su habitación , y
sin que nadie escuchara ni viera nada, se fue corriendo hacia el
lugar de la cita.
Mientras Grace
iba hacia la caseta del bosque, Ella no podía estar tranquila,
estaba a punto de subir las escaleras pero su tía se lo impidió.
- ¿Dónde vas?
- Voy a ver que
sigue haciendo Grace.
- Pero si acabas
de verla , ¿No crees que ahora es su momento para reflexionar un
poco sobre su nueva y vieja vida?
- Es cierto,
ojala se encuentre bien
- Tranquila lo
estará, es fuerte y tiene carácter
- Eso es verdad
Mientras Eme y
Ella se alejaban de la escalera entre risas, Grace ya estaba en la
puerta de la caseta del bosque y entró, había poca luz y un regalo
encima de la cama, se dirigió hacia el regalo cuando lo iba a coger
Grace notó algo encima de su hombro, se giró y lo primero que vio
fueron unos ojos sedientos de algo diferente de la sangre.
Grace se apartó
un poco y pudo ver que era su mejor amigo, Joe. Su mirada era
extraña, no era la misma de antes, en pasar de un medio vampiro a un
completo vampiro era normal que hubieran cambios pero esa mirada y
las ganas de Joe solo eran consecuencias de algo ocurrido el mismo
día que el joven cumplía los dieciséis.
Ante esta mirada
acosadora Grace se apartaba cada vez que Joe se acercaba a ella.
- ¿Qué te
pasa? ¿Es que ahora me tienes miedo?- muy arrogante preguntó Joe.
-No es que te
noto diferente es solo eso.
-Claro es que yo
ahora soy un vampiro y tú todavía no lo eres, pero no te preocupes
de aquí unas horas lo serás. Por eso he escogido este día para
entregarte el regalo que da comienzo a tu nueva vida. Una vida sin
temor, sin miedo a nada, hacer lo que más te apetezca, sin leyes,
sin límites y solo contar con el poder de conquistar al mundo.
Joe parecía muy
exaltado muy fuera de sí. Grace se sentía muy incómoda así que se
acercó a la puerta ,pero Joe se lo impidió, y acercándose a ella
con una mirada escalofriante, le preguntó -¿Por qué tienes tanta
prisa? Todavía no te he dado tu regalo. Espera un poco, ¿quieres?
Grace no
resistió más y empujó a Joe con todas sus fuerzas, intentó abrir
la puerta, pero como en toda situación de peligro algo tiene que
salir mal. Joe la alcanzó, forcejearon hasta que Joe encontró una
botella y con ella le dio en la cabeza a Grace, ella cayó
inconscientemente al suelo, Joe la cogió en brazos y la acostó en
la cama y, dispuesto a hacer lo que un hombre de verdad no haría,
vio una luz blanca muy reluciente y como por arte de magia cayó
desmayado encima de Grace.
De las diez
pasaron a hacer las once y cuarto de la noche, Grace recuperó el
conocimiento, sentía un peso encima de ella, abrió los ojos y lo
primero que vio fue la cara de Joe, se asustó mucho, retiró a Joe
de encima de ella, recuperó el aliento y recordó lo que había
pasado.
Grace pasó de
la inconsciencia al odio total, no podía creer lo que su mejor amigo
le había hecho, se levantó de la cama, miró a su alrededor y
encontró un puñal, lo cogió, contempló cinco minutos a Joe con el
puñal en su mano, se acercó a la cama y, cuando estaba dispuesta a
matar a Joe, las campanas sonaron. Ya eran las once y media, recordó
que era su cumpleaños y que en poco tiempo tenía que salir ante el
público.
Grace se marchó
corriendo pero dejó una nota clavada con el puñal cerca de él la
cual decía jurar venganza por lo él le hizo.